Publicado en El Pueblo n° 66 (febrero de 2018)
La tendencia de las masas populares hacia la protesta ha puesto cada vez más en evidencia cuán importante es la participación de la mujer en la lucha obrera y popular, tanto en Chile como en el resto del mundo.
Cada vez son más las mujeres que han dejado de lado sus miedos para convertirse en dirigentas de sus organizaciones, para combatir decididamente la explotación y la opresión, expresada también en el patriarcado, el feminismo burgués y todas las formas en que a las mujeres del pueblo se les quiere hacer creer que no valen nada.
En este número queremos destacar a dos ejemplares jóvenes mujeres que han defendido férreamente a su pueblo y, desechando cualquier prejuicio sobre ellas, se pusieron a la cabeza de la luchas en sus respectivos países, como parte de las luchas revolucionarias a nivel mundial.
Remis Carla fue una estudiante de Educación en la Universidad Federal de Pernambuco, Brasil. Desde el 2012 venía desempeñándose en varias tareas al servicio de la revolución. Lo que la motivó a sumarse a la lucha fue haber­se encontrado, en un acto, con el periódico A Nova Democracia, en el salón de del Centro de Educación de su Universidad. Ese mismo año la compañera ingresó al Movimiento Estudian­til Popular Revolucionario (MEPR) y al Mo­vimiento Femenino Popular (MFP), así como también fue activista del Colectivo Bagaço.
La compañera se comprometió fervorosa­mente con la Revolución Agraria en Brasil, luchó en defensa de los derechos estudian­tiles, y toda su participación política estuvo bajo el alero de la ideología científica del proletariado. La última actividad política en la que Remis participó fue un estudio de la entrevista, recién publicada, de la camarada Laura, comandante del EPL (Ejército Popular de Liberación) y dirigente del PCP (Partido Comunista del Perú).

El 17 de diciembre del 2017 Remis desapa­reció sin advertencia alguna, por lo que, tras mucha persistencia, sus familiares consiguie­ron dejar constancia en la policía 48 horas después. El día 23 del mismo mes, el cuerpo de Remis fue encontrado envuelto en una sába­na y enterrado en una cueva ubicada a diez metros de la casa de su ex novio, Paulo César, quien confesó haberla asesinado. La compañe­ra tenía 24 años y fue ella misma quien, un mes antes de su asesinato, dejó constancia en una comisaría, denunciando las amenazas y agre­siones de su ex novio. Sin embargo, la policía fue sarcástica con la compañera, llegando a sugerir que ella habría hecho las marcas de agresión en su brazo con tinta de lápiz.
Si el cuerpo de la compañera fue encontra­do, es exclusivamente porque los familiares, amigos y compañeros de la joven insistieron en poder encontrarla. La policía se negaba a buscarla y tuvo una postura negligente con la situación, intentando absurdamente cul­par a Remis de su propia desaparición. Es así como se organizó la campaña “¿Cadê Remis?” (¿Dónde está Remis?), movilización que tuvo gran repercusión entre las masas y que tuvo una base clasista, identificando al Viejo Estado como enemigo del pueblo. La intensa moviliza­ción y organización popular fue la responsable de develar lo ocurrido.
Gracias a esta movilización Remis tuvo un en­tierro digno, al cual asistieron alrededor de 300 personas y donde se le rindió homenaje por su entrega al pueblo y su labor revolucionaria. Los ecos de esta despedida no sólo se quedaron en Brasil, sino también resonaron por Chile y Alemania, donde se le rindió homenaje.
La otra compañera que es un ejemplo de digni­dad es Ahed Tamimi, quien desde los 11 años participa activamente de las protestas que se realizaban en su poblado, con el objetivo de libe­rar a Palestina de las garras yanquis y sionistas.
Ahed Tamimi ya demostró a esa edad una furia revolucionaria ejemplar cuando encaró a las fuerzas militares de Israel, ya sea a bofetadas o a gritos, por estar constantemente amenazan­do la vida de su familia y la de su pueblo.
El pasado 15 de diciembre la compañera fue formalizada por la ley corrupta israelí por abo­fetear y patear a uno de los militares, luego de que le dispararon a su primo en la cara con una bala de goma. Actualmente, Ahed se encuen­tra detenida por la milicia a la espera del juicio ante los tribunales de la ocupación parasitaria israelí. Ella es una de las 4 mujeres en su fami­lia que fueron acusadas injustamente, demos­trando que el terrorismo imperialista yanqui y nazi de Israel no logrará paralizar a las mujeres palestinas. Las masas han tomado partido por Ahed, quien en estos momentos es considera­da una heroína y un ejemplo de lucha a seguir.
La lucha revolucionaria conlleva saber cuáles son los costos de ésta. Sin embargo, estas valerosas mujeres barrieron con el individua­lismo y pusieron su vida al servicio de la clase obrera y el pueblo. Esto es lo que brilla de la lucha feminista proletaria y nos recuerda que, mientras haya compañeros y compañeras al servicio del pueblo, nunca será en vano, ya que en todos los lugares del mundo están brotan­do las más hermosas semillas que retoman y desarrollan el camino de la Revolución.